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ToggleLa gestión del cumplimiento fiscal en México evoluciona constantemente, y en 2025 los contadores enfrentan nuevos desafíos y obligaciones. Mantenerse al día con las tendencias recientes es crucial para evitar sanciones y asegurar la estabilidad financiera de las empresas.
En este artículo exploramos las normativas y regulaciones vigentes en 2025, incluyendo cambios en contabilidad electrónica, facturación digital y auditorías fiscales.
Normativas y regulaciones vigentes en 2025
En 2025 no se implementaron impuestos completamente nuevos a nivel federal, pero sí hubo ajustes importantes en las leyes fiscales y una mayor insistencia en el control y la fiscalización. Las autoridades buscan fortalecer la recaudación mediante la eficiencia y el cumplimiento estricto de las normas vigentes.
A continuación, revisamos las obligaciones fiscales clave y las últimas reformas que todo contador debe conocer, prestando especial atención a la contabilidad electrónica, la facturación digital 4.0 y los procesos de auditoría fiscal.
Contabilidad electrónica y obligaciones contables
La contabilidad electrónica permanece como una obligación fundamental. De acuerdo con el Código Fiscal de la Federación (CFF), los contribuyentes que están obligados a llevar contabilidad deben enviar su información contable de forma mensual a través del portal del SAT.
Esto implica cargar en formato XML el Catálogo de Cuentas (al inscribirse o si cambia) y la Balanza de Comprobación de cada mes, cumpliendo con las reglas de carácter general del SAT. Esta obligación rige desde hace varios años para todas las empresas (independientemente de su tamaño o régimen) y su incumplimiento conlleva sanciones cada vez más estrictas.
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Obligaciones contables clave
Entre las obligaciones que todo contador debe prestar especial atención, se destacan:
- Llevar contabilidad electrónica al día: Registrar todas las operaciones en sistemas electrónicos autorizados. Enviar mensualmente la información contable (Catálogo de Cuentas y Balanza) a través del SAT.
- Buzón Tributario activo: Mantener habilitado el buzón tributario y e.firma vigente para recibir notificaciones de la autoridad fiscal.
- Conservación de registros: Almacenar pólizas contables, estados de cuenta, facturas y demás comprobantes en medios digitales seguros, listos para ser proporcionados en una auditoría.
- Declaraciones periódicas: Presentar en tiempo las declaraciones mensuales (por ejemplo, pagos provisionales de ISR, retenciones, IVA) y la declaración anual correspondiente, según el régimen del contribuyente.
El SAT ha incrementado la vigilancia del envío de la contabilidad electrónica y ha endurecido las multas por incumplimiento. No enviar la información en los plazos establecidos, alterarla o no atender requerimientos puede resultar en multas que van aproximadamente de $7,110 a $21,310 MXN por cada omisión.
Es decir, por cada mes no enviado se puede imponer una sanción cercana a $5,000 MXN, acumulándose rápidamente
En consecuencia, las empresas deben cumplir puntualmente con esta obligación para evitar multas y posibles auditorías. De hecho, se ha observado un incremento en las fiscalizaciones debido a la falta de presentación oportuna de la contabilidad electrónica, por lo que llevar los registros al día y enviarlos correctamente es más crítico que nunca.
Facturación digital 4.0 y comprobantes fiscales
La facturación electrónica en México ha alcanzado un nivel de madurez alto, y en 2025 todos los contribuyentes deben utilizar la versión más reciente. El Comprobante Fiscal Digital por Internet (CFDI) 4.0 es la versión vigente y obligatoria para emitir facturas electrónicas
Desde el 1 de enero de 2023, la versión 4.0 sustituyó definitivamente a la anterior versión 3.3, siendo indispensable que todas las operaciones comerciales se facturen con CFDI 4.0.
Esto aplica tanto a facturas de ingresos, como a recibos de nómina, comprobantes de pago y otros documentos fiscales digitales. La migración a este nuevo esquema forma parte de la Reforma Fiscal 2022, orientada a facilitar el cumplimiento, reducir la informalidad y combatir la evasión.
El CFDI 4.0 trajo consigo nuevos requisitos de información. Ahora es obligatorio incluir en la factura datos precisos como la denominación o razón social del receptor, el régimen fiscal y el código postal del domicilio fiscal (tal como figuran en el RFC).
También se añadió el campo de Objeto de la operación (para indicar si la transacción es sujeta o no de impuestos) y se ajustaron catálogos como el uso del CFDI. Estos cambios buscan asegurar que la información del contribuyente receptor coincida exactamente con la registrada ante el SAT, lo que evita errores y potenciales rechazos de deducciones.
Un efecto colateral de estos requisitos fue la necesidad de que muchas empresas solicitaran a sus clientes y proveedores la Constancia de Situación Fiscal, a fin de obtener el nombre, RFC y código postal correctos para facturar. Contadores y empresas deben haber integrado estos datos en sus sistemas para emitir CFDIs válidos.
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Junto a la factura electrónica tradicional, persisten otros comprobantes digitales obligatorios en ciertos casos, como el Complemento de Pago (para acreditar cobros en parcialidades o diferidos) y la Carta Porte (para amparar el traslado de mercancías). Estas exigencias se han reforzado recientemente.
Por ejemplo, el complemento Carta Porte es obligatorio para transportistas y empresas que movilizan bienes en carreteras federales, y omitirlo puede implicar sanciones y la inmovilización de mercancías. Igualmente, los recibos de nómina CFDI deben emitirse correctamente por cada pago a empleados, incorporando versión 4.0 y todos los datos de los trabajadores (salario, percepciones, retenciones), según las últimas especificaciones del SAT.
La implementación completa de CFDI 4.0 para nómina tuvo una prórroga hasta abril de 2023, pero en 2025 ya es un requisito plenamente vigente.
En resumen, la facturación digital en 2025 exige rigor y actualización tecnológica. Todas las transacciones relevantes deben estar respaldadas por CFDIs válidos en formato 4.0, con los datos fiscales correctos. Adicionalmente, es vital monitorear constantemente los acuses de recibo y cancelación en la plataforma del SAT para detectar a tiempo si un comprobante fue cancelado por un tercero o si se requiere sustituir alguna factura.
Recordemos que para que una erogación sea deducible o un IVA acreditable, el CFDI correspondiente debe existir y cumplir todos los requisitos formales. La autoridad fiscal ha dejado claro que tener los comprobantes no basta: también espera que reflejen operaciones reales y materialmente realizadas, como veremos en la siguiente sección.
Auditorías fiscales y fiscalización electrónica
Las auditorías fiscales en México se están transformando con el apoyo de la tecnología. En 2025, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) continúa fortaleciendo sus mecanismos de fiscalización digital para supervisar el adecuado cumplimiento de los contribuyentes. Existe una clara tendencia hacia la digitalización de los procesos de fiscalización, buscando mayor eficiencia en la recaudación.
Esto significa que el SAT aprovecha ahora más que nunca las herramientas electrónicas a su disposición: cruza información de facturas electrónicas, declaraciones, depósitos bancarios y otras fuentes de datos en busca de discrepancias.
Por ejemplo, mediante sistemas automatizados, la autoridad compara en segundos si el IVA declarado coincide con el sumatorio de IVA de las facturas emitidas y recibidas, o si los ingresos facturados cuadran con lo reportado en las declaraciones mensuales y anual. Cualquier inconsistencia importante puede detonar revisiones electrónicas o auditorías formales.
Se mantienen los tipos de auditoría tradicionales contemplados en el CFF – como las revisiones de gabinete (requerimientos de información), visitas domiciliarias y revisiones electrónicas – pero con una creciente sofisticación.
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Un cambio notable es la utilización intensiva del Buzón Tributario: muchas auditorías inician con un oficio digital enviado al buzón del contribuyente, mediante el cual se solicita información o aclaraciones. Por ello, es imprescindible que los contribuyentes (o sus contadores) monitoreen a diario el buzón tributario para no pasar por alto notificaciones importantes. Ignorar un requerimiento del SAT puede derivar rápidamente en multas por no atender la comunicación oficial.
En años recientes, la autoridad fiscal también ha puesto énfasis en verificar la materialidad de las operaciones reportadas. Esto quiere decir que ya no es suficiente con contar con facturas (CFDI) y documentación en regla, sino demostrar que las transacciones ocurrieron realmente. El SAT tiene facultad para exigir evidencia de la existencia real de las operaciones y puede desconocer deducciones o acreditamientos si concluye que fueron operaciones simuladas.
En varias resoluciones del Tribunal Federal de Justicia Administrativa se ha respaldado esta posición: contratos, comprobantes de pago, registros contables e incluso CFDI válidos podrían considerarse insuficientes si la autoridad reúne indicios de que la operación no ocurrió en la realidad.
Por ello, en una auditoría fiscal de 2025 es común que el SAT pida documentación complementaria como: órdenes de compra, evidencias de entrega de mercancías o prestación de servicios (por ejemplo, reportes, fotografías, correos), comprobantes de traslado, pagos efectuados (estados de cuenta bancarios), entre otros. El objetivo es confirmar la sustancia económica detrás de cada factura. Para los contadores, esta tendencia implica reforzar sus expedientes de soporte de cada operación y asesorar a sus clientes para que no participen en esquemas de facturas falsas (EFOS/EDOS). Recordemos que emitir o usar comprobantes fiscales falsos o de operaciones inexistentes está tipificado incluso como delito grave.
Otra área de atención son las auditorías preventivas que el SAT realiza a ciertos contribuyentes con características particulares. Por ejemplo, la autoridad cruza información de múltiples fuentes (IMSS, INFONAVIT, bancos, etc.) para identificar posibles omisiones de ingresos, de sueldos no declarados, discrepancia fiscal en personas físicas (gastos muy superiores a ingresos declarados), etc.
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Durante 2025, se mantiene vigente la obligación de las empresas de reportar al SAT los esquemas reportables agresivos de planeación fiscal (introducida en 2021), lo cual también forma parte del ecosistema de cumplimiento y auditoría. Aunque esta obligación aplica principalmente a asesores fiscales que diseñen estructuras especiales para sus clientes, los contadores deben saber que esquemas como la fragmentación artificial de empresas para evitar topes de prestaciones o la simulación de préstamos accionarios podrían ser objeto de reporte y revisión.
En términos de cambios normativos para 2025 que impactan auditorías, destacan algunos ajustes en leyes específicas. Por ejemplo, la Ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) sufrió un incremento del 4.5 % en las cuotas de ciertos productos (refrescos, bebidas azucaradas, cigarros), encareciendo su consumo y aumentando la recaudación esperada.
Recomendaciones para una gestión fiscal óptima
- Sé meticuloso con las obligaciones periódicas: lleva un control detallado de cada obligación fiscal y su fecha de vencimiento. La puntualidad y exactitud en pagos y declaraciones es la primera línea de defensa ante sanciones.
- No escatimes en controles internos: un buen sistema de control detectará problemas cuando aún son solucionables. Invertir tiempo en auditorías internas y en mejorar procesos rendirá frutos evitando multas mayores o ajustes costosos después.
- Aprovecha el poder de la tecnología y la automatización: delega en los sistemas las tareas repetitivas o complejas de cálculo, para que tú puedas enfocarte en el análisis y la toma de decisiones. La automatización minimiza errores y te permite escalar el volumen de operaciones sin perder el control.
- Mantén una actitud transparente y colaborativa con la autoridad: utiliza las herramientas de consulta y apoyo que ofrecen el SAT y PRODECON. Si tu empresa muestra disposición para cumplir (por ejemplo, corrigiendo voluntariamente inconsistencias), es menos probable que enfrentes acciones severas.
- Busca apoyo profesional cuando sea necesario: ante temas fiscales especializados (IVA en operaciones internacionales, precios de transferencia, reestructuras corporativas, etc.), rodéate de expertos. Un consejo fiscal a tiempo puede ahorrarte complicaciones futuras
En conclusión, el cumplimiento fiscal en 2025 está fuertemente monitoreado de forma electrónica. Los contadores deben prepararse para auditorías más ágiles, focalizadas y basadas en datos. La mejor defensa es un buen cumplimiento: información contable consistente con las declaraciones, documentación de respaldo completa y veraz, atención diligente a los requerimientos del SAT, y transparencia en las operaciones.