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ToggleEn octubre de 2025, se publicaron los criterios de programación de auditorías del SAT para 2026, en un esfuerzo de transparencia para establecer un “piso parejo” en el cobro de impuestos. De acuerdo con la autoridad, únicamente serán auditados aquellos contribuyentes con comportamientos de alto riesgo de evasión fiscal.
Para 2026 se planea abrir 16,200 auditorías en total, lo que equivale a apenas 0.02% del padrón de 66.8 millones de contribuyentes registrados. Este programa se enfoca en diversos segmentos (grandes empresas, PYMES y contribuyentes de comercio exterior) seleccionados con base en indicadores de riesgo fiscal específicos y objetivos de fiscalización estratégica del SAT.
¿Cuáles son los indicadores de riesgo fiscal para auditorías del SAT?
El SAT ha identificado varias señales de riesgo que elevan la probabilidad de que un contribuyente sea auditado. La autoridad fiscal enfatiza que solo auditará a quienes muestren conductas asociadas a la evasión de impuestos o simulación de operaciones. Entre los principales indicadores de riesgo que pueden detonar una auditoría se incluyen:
- Operar con empresas “factureras” o “nomineras” (emisoras de facturas o nóminas simuladas).
- Declarar pérdidas fiscales recurrentes de forma injustificada.
- Simular o abusar de deducciones en las declaraciones.
- Omitir ingresos en la contabilidad o no declararlos totalmente.
- Abusar de estímulos fiscales o créditos indebidos.
- Mostrar inconsistencias entre lo importado/comprado y lo vendido.
- Subvaluar importaciones (precios por debajo de mercado) o incumplir regulaciones arancelarias.
- No enterar (pagar) retenciones de impuestos de sus empleados o proveedores.
- Realizar operaciones financieras con paraísos fiscales.
- Solicitar devoluciones de impuestos improcedentes.
- Reportar una tasa efectiva de ISR significativamente menor a la de su sector industrial.
Cada una de estas conductas es considerada por el SAT como un “foco rojo”. La presencia de uno o varios de estos factores en un contribuyente aumenta sustancialmente la probabilidad de que sea seleccionado para una revisión profunda o auditoría fiscal.
Criterios de selección y número de auditorías en 2026
Con base en los indicadores anteriores, el SAT priorizará las revisiones hacia quienes presenten las mayores calificaciones de riesgo. En números, para el inicio de 2026 se prevé realizar 16,200 auditorías. El desglose por tipo de contribuyente es el siguiente:
| Tipo de contribuyente | % del padrón auditado | Universo de contribuyentes | Auditorías programadas (2026) |
| Grandes contribuyentes | 6.3 % | 15,873 | 1,200 |
| Pequeños y medianos | 0.02 % | 66,809,431 | 12,000 |
| Comercio exterior | 2.5 % | 116,467 | 3,000 |
| Total (todos los tipos) | 0.02 % | 66,825,304 | 16,200 |
Fuente: SAT, Criterios de Programación de Auditorías 2026.
Como muestra la tabla, el enfoque del SAT está en los extremos del padrón. Los grandes contribuyentes (aproximadamente 15 mil entidades que representan corporativos y entidades de alto volumen) enfrentarán una probabilidad de auditoría anual de 6.3 %, significativamente mayor que la de los contribuyentes pequeños o medianos (solo 0.02 % de ese universo será auditado). Esto equivale a que casi 1 de cada 16 grandes empresas podría ser auditada cada año, versus 1 de cada ~5,000 PYMES. Por su parte, las operaciones de comercio exterior tendrán especial escrutinio, con 3,000 auditorías que cubren al 2.5 % de los contribuyentes dedicados a importaciones / exportaciones. Este énfasis continúa la tendencia del SAT de vigilar de cerca el comercio internacional, dada la detección frecuente de subvaluación, contrabando técnico y otros esquemas en ese rubro.
El SAT reiteró que las auditorías se llevarán a cabo con mecanismos rigurosos y apegados a la ley, buscando combatir la evasión y consolidar un sistema tributario más justo. Para los contribuyentes, conocer de antemano estos criterios brinda la oportunidad de evaluar proactivamente su situación fiscal y corregir posibles irregularidades antes de ser objeto de una revisión.
¿Cómo prepararse ante las auditorías fiscales del SAT?
Dado que la selección de auditorías estará centrada en riesgos, es fundamental que contadores, fiscalistas y empresas adopten un enfoque preventivo en su estrategia fiscal. A continuación, se presentan buenas prácticas concretas para minimizar riesgos y estar preparados en caso de una auditoría:
1. Mantener una contabilidad organizada y conciliada
Llevar registros contables al día y realizar conciliaciones fiscales periódicas (comparar resultados contables vs. declaraciones fiscales) permite detectar discrepancias a tiempo. Una contabilidad ordenada y verificada facilita responder rápidamente a requerimientos del SAT en una auditoría.
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2. Apoyarse en tecnología contable y facturación electrónica
Emplear sistemas de gestión en la nube, como Alegra, ayuda a automatizar la emisión correcta de facturas electrónicas CFDI autorizadas por el SAT y el registro preciso de operaciones. Estas herramientas con inteligencia artificial minimizan errores, centralizan la información contable y fiscal, y pueden alertar sobre inconsistencias, permitiendo un cumplimiento fiscal proactivo.
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3. Conservar documentación soporte de todas las operaciones
Respalde cada deducción, ingreso y crédito fiscal con evidencia documental. Mantenga todos los comprobantes (CFDI de ingresos y gastos, contratos, estados de cuenta, pólizas contables, recibos de nómina, etc.) organizados y accesibles. Ante una auditoría, contar con expedientes completos —por ejemplo, de nómina, pagos al extranjero, importaciones— demuestra la sustancia real de las operaciones y facilita aclaraciones al fisco.
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4. Cumplir oportunamente con retenciones y pagos obligatorios
Verifique que se calculen y enteren a tiempo todas las retenciones de impuestos (ISR, IVA, IEPS) a cargo de la empresa. Esto incluye retenciones por sueldos y salarios, honorarios, arrendamientos, dividendos y proveedores extranjeros, según aplique. No enterar adecuadamente las retenciones es una de las conductas que el SAT califica de alto riesgo, por lo que es crucial no omitir estas obligaciones para no detonar alertas. Asimismo, realice en tiempo los pagos provisionales de impuestos y presentes las declaraciones informativas correspondientes.
5. Verificar la correcta aplicación de deducciones y estímulos
Revise que todas las deducciones fiscales aplicadas cumplan los requisitos legales (límites, documentación y conexión con la actividad del contribuyente). Es recomendable apoyarse en un asesor fiscal para evaluar si la empresa está aprovechando únicamente estímulos fiscales legítimos.
Evite cualquier planeación agresiva que simule pérdidas o utilice esquemas en paraísos fiscales sin sustento económico real, ya que justamente esas prácticas están en la mira del SAT. Ante dudas, es preferible solicitar una consulta o aclaración al SAT que arriesgarse a una sanción posterior.
6. Emitir facturas correctas y revisar a sus contrapartes
Asegúrese de que cada ingreso se facture correctamente mediante CFDI, reflejando la realidad de la operación (monto, fecha, concepto, impuestos). Igualmente, verifique a sus proveedores y clientes: es importante confirmar que las empresas con las que hace negocios cumplen sus obligaciones fiscales y no están en listas negras del SAT.
Operar con EFOS –empresas factureras que emiten comprobantes falsos– es uno de los focos rojos identificados por la autoridad. Por ello, implemente controles para validar el RFC de nuevos clientes/proveedores contra las publicaciones del SAT (como la lista del artículo 69-B del Código Fiscal de la Federación) y llevar un registro de todos los CFDI emitidos/recibidos. Esta diligencia protegerá a la empresa de involucrarse, incluso accidentalmente, en esquemas de facturación indebida.
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Adicionalmente, se recomienda fomentar una cultura de cumplimiento fiscal dentro de la organización. Capacite continuamente al personal contable en cambios normativos, y establezca códigos internos que promuevan la ética tributaria (por ejemplo, rechazando prácticas cuestionables aun si prometen ahorros de corto plazo). La prevención es la mejor estrategia: identificar y corregir voluntariamente inconsistencias o errores (por medio de declaraciones complementarias, si aplica) puede evitar la escalada hacia una auditoría formal.
¿Cuál es el impacto del programa de auditorías del SAT en la estrategia fiscal de las grandes empresas?
Para las grandes empresas, este programa de auditorías representa un llamado a reforzar su estrategia fiscal. Históricamente, muchas corporaciones de gran tamaño recurrían a mecanismos sofisticados para minimizar su carga tributaria (como diferir impuestos, usar estructuras internacionales o explotar vacíos legales). Sin embargo, con solo el 6.3 % de los “grandes contribuyentes” del país concentrando una auditoría anual, la probabilidad de ser fiscalizado es considerablemente alta.
El SAT cuenta con cada vez más datos y herramientas de cruce de información, lo que incrementa el riesgo de detección de prácticas agresivas. Por tanto, minimizar riesgos ahora prima sobre maximizar artificiosamente deducciones: las empresas deben evaluar la sustentabilidad de sus estrategias fiscales bajo estos nuevos criterios.
Desde el ámbito contable, la adaptación implica implementar controles internos más estrictos y una supervisión continua del cumplimiento. Las empresas grandes deberían llevar a cabo auditorías internas periódicas en materia fiscal, simulando revisiones como las del SAT para identificar áreas vulnerables. También conviene fortalecer la colaboración entre los departamentos de contabilidad y fiscal/legal: por ejemplo, estableciendo comités de cumplimiento tributario que se reúnan regularmente para revisar el estatus fiscal de la compañía. Estas instancias pueden monitorear indicadores clave (como la tasa efectiva de impuestos pagada, variaciones inusuales en resultados fiscales, u operaciones extraordinarias) y asegurar que cualquier hallazgo se atienda de inmediato.
Adicionalmente, la capacitación continua del personal contable en las últimas disposiciones fiscales y el uso de tecnología (por ejemplo: soluciones ERP o software contable con módulos fiscales) es vital para mantener a la empresa un paso adelante en cumplimiento.
Desde el área legal / fiscal, la estrategia debe centrarse en asegurar que todas las operaciones y estructuras corporativas tengan una razón de negocios legítima y cumplan con la normativa. Esto puede requerir revisar estructuras internacionales de la compañía: por ejemplo, esquemas con filiales en paraísos fiscales o con financiaciones intragrupo deben ser analizados con detalle para justificar su necesidad económica real. Los asesores legales y fiscales de la empresa deben actualizar las políticas internas para alinearse con los criterios del SAT: si cierta práctica (por ejemplo, pagar regalías a una entidad extranjera afiliada) podría ser vista como erosión de la base tributaria, se debe documentar robustamente el porqué de esa operación (contratos, estudios de precios de transferencia, etc.). En algunos casos, podría ser prudente replantear o transparentar estrategias fiscales heredadas del pasado que ahora podrían ser consideradas de alto riesgo.
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En síntesis, el nuevo programa de auditorías del SAT para 2026 obliga a las empresas a evolucionar hacia una postura fiscal más proactiva y transparente. Adaptarse desde el área contable y legal no solo significa evitar sanciones, sino también proteger la reputación financiera de la empresa en el largo plazo. Aquellas organizaciones que fortalezcan su cumplimiento tributario con apoyo de la tecnología, controles internos rigurosos y asesoría especializada estarán mejor preparadas para afrontar una auditoría y, en última instancia, contribuirán a un entorno de negocios más equitativo y con menor riesgo fiscal.
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